Lolitas Profesionales: La vida de una judicante Lolita

Layla Villazón es una señorita de la ciudad de Valledupar, hace poco realizó sus prácticas para obtener
su título profesional, y decidió ir vistiendo el estilo que más le gusta; el Lolita.

A continuación, ella nos comparte su experiencia.

Los estudiantes de derecho que pretendemos recibir el título de abogados en Colombia debemos realizar la judicatura, que corresponde a unas prácticas universitarias, donde asumes durante 09 meses el rol de un funcionario de despacho judicial sin ningún tipo de remuneración, como lo es
mi caso particular.

Cuando comencé con mi judicatura pensé que las demás personas del medio en el cual me iba a desempeñar, serian crueles o que tal vez me tratarían mal por vestir diferente; también pasó por mi cabeza que no respetarían mi criterio como abogada y harían comentarios inapropiados como suele pasar en muchos lugares.
Luche con mis miedos, me arriesgue a vestir lolita porque quería demostrar que el ser abogada no debe limitarme a vivir lo que siento y a ser quien soy.

Cuando vestí por primera vez lolita para ir al trabajo, muchos de los abogados y personas del común se
quedaban mirándome, me sentí un poco incomoda al principio, pero con el pasar del tiempo no sé si me
acostumbre a las miradas o la gente se acostumbró a verme así.

Han trascurrido 9 meses desde que comencé mi judicatura y es momento de sacar conclusiones de lo vivido y aprendido; puedo decir que me pasaron muchas anécdotas que al recordarlas me hacen reír, la que más recuerdo ocurrió cuando intentaba llegar al palacio de justicia, una señora me abordo para preguntarme que en cual colegio estudiaba ya que le pareció bonito el uniforme y no pude contener la risa, le dije que no era
un uniforme, solo era mi forma de vestir, es muy gracioso recordarlo porque ese coord es de mis preferidos
y cada vez que lo utilizo me acuerdo de la señora; también encontré que a muchos de mis compañeros de labores les parecía que mi estilo era único y me felicitaban por mis faldas pomposas y accesorios.
Pero no todo fue tan divertido recibí críticas negativas, las cuales intentaron aplacar mi autoestima y no les
di importancia ya que soy feliz vistiendo lolita.

Sé que lo vivido durante los últimos 9 meses de mi vida me han servido para superar mis temores y
para prepararme en el ejercicio de la profesión, soy una lolita abogada que no le teme a enfrentarse al mundo jurídico tal y como es.